18 ago 2013

El Presbítero Carlos Alberto Merlo Masino, Celebro su primer ANIVERSARIO como párroco.

Al cumplirse su primer año frente a la Parroquia “Asunción de la Virgen María” de Coronel Du Graty, el párroco recordó su llegada a la comunidad y los hechos más trascendente de este año.  
Coronel Du Graty.  Hoy   domingo 18, el Presbítero Carlos Alberto Merlo Masino, párroco de la Parroquia Asunción de la Virgen María de Du Graty, celebra su primer año al frente de la misma.
En dialogo con el diario de la región el sacerdote, comento que: “Tanto los cumpleaños como los aniversarios son momentos de celebración, como así también de balance. Durante la Misa central de la fiesta patronal de nuestra parroquia, el pasado jueves 15, algunas personas se pusieron de pie antes de la bendición final para saludarme ante la proximidad de mi primer aniversario como párroco de ésta parroquia de la Asunción de la Virgen María”.
“En ese momento se agolparon un montón de recuerdos e imágenes que comenzaron con lo previo a mi designación frente a ésta parroquia”, continuo.  “Un tiempo antes acompañé a un grupo de personas que peregrinaron a Roma y Tierra Santa, antes de partir les decía a los seminaristas con los que convivía que al regreso de esa peregrinación Dios me daría una nueva misión lejos de ellos, esa certeza mía era frecuente tema de bromas”.
Exactamente dos meses después de regresar de esa peregrinación,  “un año antes de la muerte de mi padre, y después de experimentar en la oración la presencia de nuestra Madre la Virgen”, el monseñor Hugo Barbaro le anunció que lo  designaba párroco de ésta parroquia (por coronel Du Graty).
“Recuerdo que lo miré a los ojos y le dije ud. no me manda, es la Virgen la que me lleva”, a lo cual el obispo respondió con un comentario de alivio”.
“Hasta que llegó el día en que fueron a buscarme con mi pequeña mudanza, recuerdo que ese día llovió todo el camino, recordé el comentario de un viejo obispo que en una ocasión así dijo “los ministerios que comienzan con lluvia empiezan bien”, recordó
“Al día siguiente de asumir, un grupito de jóvenes se quedaron después de Misa a charlar y compartir algo, al cabo de un rato una chica me dijo “había sido que ud. no era lo que nos dijeron”, alguien se había encargado de hacerme mala fama..”
Los primeros días fue una etapa de conocer gente y de escuchar cada cosas!,  a la semana, una madrugada en que yo estaba en Sáenz Peña acompañando un retiro de la Renovación Carismática, alguien incendió el templo parroquial. Recuerdo los rostros en el momento en que llegué nuevamente a C. Du Graty, una mano o mas bien un manto había apagado el fuego sin que los daños fueran importantes. Esa tarde cuando vi la cantidad de personas que  llegaban desde los cuatro puntos cardinales con sus herramientas de trabajo para  limpiar el templo, en mi interior alabé al Señor por la comunidad que me había confiado para que se la cuide, mientras murmuré “ladran Sancho, señal que cabalgamos”…
Luego fue comenzando el trajinar cotidiano, y junto a ello la conformación de una junta de laicos que me aconsejasen en lo referente al gobierno de la parroquia; la preparación de las primeras comuniones de los niños de la catequesis; fiestas patronales en comunidades rurales con el anexado de dos de ellas que habían pertenecido a la parroquia de Sta. Sylvina. Luego vino el inicio del Año de la Fe en cuya oportunidad se consagró la nueva custodia para la exposición solemne del Santísimo Sacramento donada por un miembro de la comunidad.
Un día me vieron arriba del techo revisando los desagües, fue el comentario en todo el pueblo y éste hecho hasta dio origen al primer sobrenombre del nuevo párroco. El salón parroquial estaba un poco deteriorado, con el consejo de asuntos económicos se lanzó un bono contribución para ponerlo en condiciones, unos meses después con una cena show celebrábamos la reinauguración del mismo.
Luego vino el repensar la catequesis y dar mayor espacio a los niños, adolescentes y jóvenes; fruto de lo cual hoy hay más de trescientos en la vida parroquial. Ahora nos faltan salones para atenderlos mejor. Después la designación de más ministros extraordinarios de la sagrada comunión para que lleven la sagrada eucaristía a los enfermos y ancianos imposibilitados de llegar al templo parroquial, llegando así al número de doce y aun así es insuficiente.

Llegó el momento del inicio de la cuaresma con el miércoles de cenizas, la Semana Santa con un hermoso momento de reconciliación durante la celebración del lavatorio de los pies y la Cena del Señor. Llegaría, en su momento, la semana eucarística de preparación a la solemnidad de Corpus Christi con masiva concurrencia.
La conciencia de la eucaristía nos llevó a descubrir que el Sagrario que había sido profanado antes de mi llegada no estaba en condiciones y por ello se encargó uno nuevo a un artesano de la ciudad de Salta, el cual estará terminado en el transcurso de los próximos meses. Vino después la iniciativa de ponerle aire acondicionado al templo y para ello se largó un bono contribución, hoy los tres Split están comprados y apilados en el salón parroquial.
En las idas y venidas hubo que enfrentar un montón de problemas de orden práctico, entre ellos el relacionado con la camioneta de uso pastoral, de altísimo gasto de combustible y mantenimiento que superaba el 50 % del presupuesto mensual; pocos meses después se vendió el vehículo y con recursos propios se compró uno nuevo. Por primera vez en la vida de la parroquia el vehículo fue comprado sin ayuda de agencias extranjeras.
Fueron pasando los días y los meses y llegamos a los preparativos de la novena y fiesta patronal de nuestra Señora de la Asunción, la cual ya se ha celebrado en un clima fraterno, con la alegría propia de toda fiesta.

En la cual una vez más experimentamos que el templo es chico, al cumplirse el primer aniversario de mi toma de posesión como párroco el Señor me pide que acompañe a ésta comunidad en un nuevo proyecto: la ampliación y remodelación del templo sede de la parroquia.

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