Basta aceptar a Jesús en un corazón abierto y verlo en los demás

Celebrar la Navidad con sencillezBasta aceptar a Jesús en un corazón abierto y verlo en los demás.
De nuevo Navidad. El Papa Benedicto XVI nos anima a no quedarnos instalados en lo accesorio, en las luces y el afán de los regalos, sino a ir al centro de la celebración navideña: Dios es humilde y se hace cercano para que podamos encontrarlo y amarlo, y amar en su nombre. ¡¡FELIZ NAVIDAD!!

Cuántas cosas podrían decirse en Navidad. Y cuánto es necesario pararse y meditar en el grandioso misterio de Dios que no quiere dejarnos abandonados a nuestro propio egoísimo, a nuestras limitaciones y dudas. Quiere estar en medio nuestro, pero dejándonos libres para aceptarlo con amor. Este soneto de Lope de Vega lo expresa de un modo fuerte, que nos sacude en nuestra desidia:

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?

¿Qué tengo yo, que mi amistad procuras?
¿Qué interés se te sigue, Jesús mío,
que a mi puerta, cubierto de rocío,
pasas las noches del invierno obscuras?

¡Oh, cuánto fueron mis entrañas duras,
pues no te abrí! ¡Qué extraño desvarío
si de mi ingratitud el hielo frío
secó las llagas de mis plantas puras!

Cuántas veces el ángel me decía:
«Alma, asómate ahora a la ventana,
verás con cuánto amor llamar porfía!»

¡Y cuánta hermosura soberana:
«Mañana le abriremos.»  respondía
para lo mismo responder mañana!