29 oct 2011

Día 10 - Misión digital de la Divina Misericordia

Misión digital de la Divina Misericordia – Octubre 2011
Parroquia “San Antonio de Padua” – Santa Sylvina, Chaco
Día 10°

Dice la Palabra de Dios: “Cuando llegaron al lugar llamado «del cráneo», lo crucificaron junto con los malhechores, uno a su derecha y el otro a su izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lc 23, 33-34a).

Dijo el Señor Jesús a Santa Faustina: “Cuando agonizaba en la cruz, no pensaba en Mí, sino en los pobres pecadores y rogaba al Padre por ellos” (D. 324). “Mi mirada en esta imagen es igual a la mirada en la cruz” (D. 326). “Ofrezco a los hombres un recipiente con el que han de venir a la Fuente de la Misericordia para recoger gracias. Ese recipiente es esta imagen con la firma: Jesús en Vos confío” (D. 327).

“Mi Corazón está colmado de gran misericordia para las almas y especialmente para los pobres pecadores. Oh, si pudieran comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como de una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar a las almas de gracias, pero no quieren aceptarlas. Por lo menos tú ven a Mí lo más a menudo posible y toma estas gracias que ellas no quieren aceptar y con esto consolarás Mi Corazón. Oh, qué grande es la indiferencia de las almas por tanta bondad, por tantas pruebas de amor. Mi Corazón está recompensado solamente con ingratitud, con olvido por parte de las almas que viven en el mundo. Tienen tiempo para todo, solamente no tienen tiempo para venir a Mí a tomar las gracias... Lo que más dolorosamente hiere Mi Corazón es la infidelidad del alma elegida por Mí especialmente; esas infidelidades son como espadas que traspasan Mi Corazón” (D. 367).

Oración de Santa Faustina
Oh Santa Trinidad, Único Dios, inconcebible en la grandeza de la misericordia hacia las criaturas y especialmente hacia los pobres pecadores. Has revelado el abismo de Tu misericordia inconcebible, impenetrable para toda mente humana o angélica. Nuestra nulidad y nuestra miseria se hunden en Tu grandeza. Oh Bondad infinita, ¿quién puede adorarte dignamente? ¿hay algún alma que entienda tu amor? Oh Jesús, tales almas existen, pero son pocas. Amén.


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