La comunidad católica se convoco a celebrar la Solemnidad del cuerpo y sangre de Jesús, el pasado domingo 26, a pesar del desafió de la fría tarde de ayer y se congregó en la parroquia que dio inicio con la Santa Misa para luego realizar la tradicional Procesión de Corpus Christi en la fiesta de la Eucaristía alrededor de la Plaza Sesquicentenario.
Dijo el presbítero Juan Domingo Barrios a este medio “Una vez más fuimos convocados por el Señor a celebrar juntos su presencia. En la comunidad Asunción de la Virgen María de Coronel Du Graty celebramos la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Jesús.La Eucaristía es culmen y fuente de toda la vida de la Iglesia. La iglesia vive de la Eucaristía, es la vida de Dios, que le da el ser.
La eucaristía es la promesa de Cristo hecha visible y cercana a la historia de cada generación. “Yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo”… “el come mi carne y bebe mi sangre permanece en mi y yo en él…”; El que no come mi carne y bebe mi sangre, no tiene vida en él… Estas palabras de Jesús la compartimos en el evangelio del domingo de la solemnidad. Ellas son exigentes y nos invita a no permanecer indiferentes ante la relación con el Señor.
La indiferencia a la eucaristía, a la comunión con el Señor, se expresa en ciertas maneras individualistas y egoístas de vivir la fe. Cuando me desentiendo de la comunidad, de los sacramentos, de la palabra y cuando miramos de manera superficial la eucaristía. Se expresa esta indiferencia en la escasa participación y devoción a la eucaristía, la adoración, la visita al sagrario y otras expresiones eucarísticas. Muchos fieles, dejan con ligereza de comulgar por estar en situación de pecado y se van acostumbrando a vivir así. Esa es la indiferencia a la comunión con el Señor, en una de sus máximas expresiones. No vamos a juzgar a las personas, simplemente invitarlas a buscar esa comunión y cercanía del Señor, para experimentar esa vida divina que Dios nos promete. Los desafíos de la vida son muchos y todos tenemos desde el bautismo la misión de anunciar el reino de Dios en medio de un mundo indiferente a Dios. Por eso los cristianos no queremos ser indiferente a Jesucristo. Estamos en el mundo y vivimos los mismos desafíos que todos, pero con otra perspectiva, con otra mirada, con otro espíritu, con otra esperanza. Con la certeza que el mismo Dios que permanece en nosotros”, recordó el párroco al tiempo que agrego “Busquemos la comunión con Jesús, en las Sagradas Escrituras, en la comunidad que celebra los sacramentos, en la persona del ministro ordenado, en la persona del necesitado y en el sacramento por excelencia, LA EUCARISTÍA, donde Cristo se hace presente en cuerpo, alma y divinidad”. Puntualizo el Presbítero Juan Barrios.
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