18 abr 2014

HOMILIA DEL VIERNES SANTO 2014 (18-04-14)


VIERNES SANTO 2014
Acabamos de escuchar el relato de la Pasión según el evangelista Juan, el cual no es un relato triste, morboso; sino una narración que muestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo, una gloria que consiste en haber amado hasta el fin. Allí queda de manifiesto la verdad del hombre, en su capacidad de amar, y por ello enfrentar las consecuencias que se vengan. Contrariamente al hombre mediocre que adecua su amor, si es que a eso se lo puede llamar amor, a sus conveniencias.
El hombre mediocre es el que trata de quedar bien con todo el mundo, el que siempre cae parado; el que al fin y al cabo es un egoísta, vive para sí mismo, para su proyecto personal, para hacer carrera sin importar a quien tiene que pisarle la cabeza… Lo cual lo incapacita para vivir relaciones auténticas, ya sea en el ámbito de la amistad, la pareja, o la sociedad en general. Trata por todos los medios de conservar su vida y por eso la pierde, sobrevive como un parásito a costilla de los demás; perdiendo así la maravilla de darse, no entiende que dando la vida es que se gana la vida auténtica.

Aunque genere incomprensión y dolor, no hay experiencia mas maravillosa y plenificante que la de entregarse al otro por entero, sin guardarse nada para uno mismo… Vivir para el amado, para a cada segundo preocuparse por como está, por las cosas que le hacen bien, por mimarlo; para inundarlo en una catarata de mimos, caricias, besos…
Esto que puede parecer el guión de una telenovela, y el que encarna éstas virtudes sería el galancito del momento, el que a mas de una hace suspirar y hasta capaz que se le escapa alguna lágrima. Es la realidad del amor cristiano; Jesucristo vive de ésta manera el amor hasta el extremo… Hay una diferencia con la telenovela; mientras  la novela es fantasía la Pasión del Señor es realidad, y el objeto de ese amor somos cada uno de nosotros.
No en vano el Señor para hablarnos de su amor y entrega por la humanidad usó categorías esponsalicias, lo cual siguió desarrollando por ejemplo San Pablo en sus cartas, que es el escritor más  cercano o contemporáneo a Jesús. Nos hablan de su entrega como la entrega de los esposos entre sí, donde uno vive para el otro.
Éste es el modo de relacionarnos, recordemos lo que meditábamos el Domingo de Ramos acerca de la experiencia de la intimidad, la generosidad que conlleva la solidaridad. Y que hoy tiene su máxima expresión en la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Ojalá podamos seguir metiéndonos en este insondable misterio de amor, embebiéndonos en él de tal modo que esta experiencia del amor divino convierta la manera de relacionarnos. Que a partir de éste paso de Dios por nuestras vidas establezcamos vínculos cada vez mas auténticos, sostenidos en el amor que nos hace generosos, entregados, solidarios… 




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