13 abr 2014

HOMILÍA DEL DOMINGO DE RAMOS 2014


DOMINGO DE RAMOS 2014
E la 1º lectura dice Isaías, que el Señor da una lengua de discípulo para confortar al fatigado; y a la vez dice que Él abre nuestros oídos para que escuchemos como discípulos, o sea de un modo distinto... ¡Qué bueno que tengamos esto presente! Para que, en éstos solemnes días que nos disponemos a comenzar, la Palabra no suene como la lluvia sobre la chapa cuyo efecto somnífero es sumamente eficaz. Sino que la escuchemos como auténticos discípulos, y fruto de ello las palabras que salgan de nuestros labios sean siempre edificantes…

San Pablo en la carta a los filipenses, la cual se ha proclamado como 2º lectura, destaca la obediencia de nuestro Señor Jesucristo al Padre y a la vez su solidaridad para con los pecadores. Permítanme, aún cuando tenga sus límites, graficar esto con categorías humanas, aun corriendo el riesgo de antropomorfismo en lo que respecta a las relaciones intratrinitarias.
Imaginémonos la escena trinitaria. El Padre eterno está con su corazón traspasado de dolor ante la decepción que le generó la humanidad traicionando su amor, tirando por la borda su proyecto de diálogo eterno, de amistad, de intimidad ¡Cuánto sufrimiento! Y al ser Dios, ninguna criatura podía consolarlo, reparar semejante aberración. El Verbo eterno, que por amarse tanto con el Padre, conoce su intimidad, se ofrece para venir al mundo a reparar esa ofensa; y para ello abandona su condición de Dios y se encarna, se mete en nuestra realidad, ejerce empatía con el género humano.
Aquí está como se entiende la obediencia y la solidaridad. La obediencia como fruto del mutuo conocimiento, de la comunión, de latir los corazones el mismo ritmo; y la solidaridad como consecuencia de la empatía, de hacerse hermano, del ponerse en los zapatos del otro.
Cuidado con entender la obediencia de Cristo como la sumisión a un Padre despótico, autoritario, cuyos planes son caprichosamente desconocidos, que se regodea en el sufrimiento de sus hijos. O entender la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo, su solidaridad con nosotros, como un paseo de Dios por la tierra en el cual finge que sufre… ¡Ojo! porque podemos estar mas cerca de lo que nos imaginamos de herejías como el monarquismo adopcionista o del docetismo, respectivamente.
Realidades a las que quizás no llamemos con estos nombres difíciles pero que están presentes en nuestra manera de vivir y de relacionarnos con Dios y con los demás. En un cristiano que se precie de tal, su manera de vivir muestra su manera de de entender su ser con los demás, de su ser Iglesia, lo cual se desprende de la manera en que entiende a la Santísima Trinidad y el plan de salvación.
La manera de proceder de Dios marca nuestra manera de vivir. La obediencia que no es sumisión, sino comunión, fruto del diálogo y del encuentro; y la solidaridad que es empatía, ponerse al lado del otro, hacerse hermano, y no mirar sobre el hombro al que es igual.
Que ésta Semana Santa que estamos a punto de comenzar, podamos abrir el corazón para que el Espíritu Santo, nuestro Maestro interior que Jesús nos dejó, nos conduzca al conocimiento de la verdad y ese conocimiento haga de nosotros auténticos discípulos que oyen, practican y dan a conocer la Palabra de Dios; haciéndose de éste modo acreedores de la bendición de Dios.



Párroco de la Parroquia Asunción 
Coronel Du Graty-Chaco




AUDIO:


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

www.fmsendero.com.ar